21/4/12
Salvar
Acompañas a tu amigo a comprar unas cosas, sabiendo de antemano que terminarían en la plaza. No tenían nada, solo sus historias. Sus risas normales pasaban igual que los minutos. Todos se habían ido lejos, y los que estaban se habían ido dentro de sus cuerpos. Eran dos en un banco verde, esperando esa salvación. Eso que le pone el color al lugar, además del amarillo y el negro. Igualmente, apenas llegaron bajaron sus miradas, buscando las pequeñas cosas que la vida no les dió. O no tenían ese día. Una vez resignados, se pusieron a hablar. Pasó el tiempo, y la espera se hacía sin ganas, se dejaba esperar demasiado. Uno se para de vuelta, cuando sus ojos encuentran la luz entre esas piedras rojizas. La solución a despejar sus cabezas esa tarde de sábado. Una vez conseguida la llamarada que iluminará sus caras, se dedican a concretar la acción que tanto habían esperado.. Dos suspiros y se acabó. Fue tan notorio que la chica que los había mirado durante media hora desde el otro banco, se para y se va, demostrando así, su poca paciencia frente a estos dos individuos. Entre ruidos extraños y algunas lagrimas de... ¿felicidad? se encontraban, again, en el umbral hacia la sonrisa sin razón. Criticada, pero para salvar, sirve.
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